viernes, 2 de enero de 2015

La puñetera niebla


Llegando...

 Es difícil saber, -me suele  pasar- si voy o si vuelvo. Esa idea que una tiene de que las cosas son circunstanciales,  sólo para un rato. Y vengo, pero tengo que volver, a lo circunstancial, y sé que tendré que venir más veces porque de momento soy como  una pasajera constante con equipaje en dos estaciones.  Hoy me recibe la niebla tan familiar en esta época del año,  que desde el tren, no   deja ver los pinares que acompañan al viajero hasta llegar a la ciudad,  esa ciudad que no deja de ofrecrme   cosas nuevas que desconozco, y me invita constantemente a reencontrarme con las conocidas. Una sensación extraña de no estar nunca en el lugar que debiera o quisiera, según. 


...a  Pucela

                             

Hoy tengo a quien echarle la culpa; es la puñetera niebla que  emborrona las cosas  por dentro y por fuera. 


Purificación.

18 comentarios:

  1. Muy buen relato. Me gusta esa niebla en la que te mueves y nos movemos las personas en el día a día de nuestra existencia.

    Besos

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  4. Maravillosamente escrito por dentro y por fuera: paisaje, emoción y sensación.

    Pero, recuerda:"mañana de niebla. tarde de paseo".

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  5. Me ha gustado tu escrito. Ya puedes mandar a la porra a esa puñetera niebla que te emborrona de forma imperdonable.Besicos

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  6. Vas a tierra donde hay días que no se levanta, el refrán ahí se equivoca mucho.Por aquí es raro ver un día así.
    Que pases buenos días y abrígate!!
    Un beso.

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  7. A veces la niebla ayuda a ver mejor. Porque la mirada se adentra.
    Besos.

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  8. Venimos de la niebla y a la niebla vamos. Sólo nos queda llevar con alegría la neblina de nuestra corta existencia.

    Bella pucella es Pucela.

    Besos, Puri. Felices Reyes.

    María Ángeles Merino

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  9. La niebla parece en principio que anula el paisaje, pero lo que hace en realidad es llenarlo de misterio y belleza. La niebla en sí ya es bella. Así que cuando aparece, lo mejor es pararse, y disfrutar de esa sensación de estar volviéndose etéreo. Alivia el propio peso.

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  10. Normal, con el tiempo verás que la niebla se te instala, se hace como de la familia. Y queda la duda de si, al final, despejará y habrá tarde de paseos.
    Abrazos, siempre

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  11. Ay, esa niebla, ¡qué bien la conozco! Al final nos acostumbramos a ella y dejamos de verla.

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    1. Hola, Luchida, veo que sabes de que hablo. Aquí las tardes de paseo se hacen, mucho, de rogar.
      Bienvenida y gracias por tu visita.

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  12. Es una maravilla encontrar a quien echarle la culpa de estos embrollos emocionales. Y si es la niebla, el asunto se vuelve poema.

    Abrazos.

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  13. ¡Ay! esa "niebla" puñetera que nos quita visibilidad.
    Besos

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  14. En la niebla se funden todos los mundos. Cuando levanta nos podemos perder.

    Saludos!

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  15. La niebla nos quita visión pero no impide que veamos los paisajes que nos oculta con nuestra imaginación.
    (Estoy poniéndome al día con tu blog, que tenía muy abandonado, por falta de tiempo, y estoy disfrutando muchísimo)
    Besinos

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Por razones ajenas a la autora de este blog, no se admiten comentarios anónimos. Pido disculpas y espero volver a permitirlos más adelante. Gracias.