viernes, 2 de enero de 2015

La puñetera niebla


Llegando...

 Es difícil saber, -me suele  pasar- si voy o si vuelvo. Esa idea que una tiene de que las cosas son circunstanciales,  sólo para un rato. Y vengo, pero tengo que volver, a lo circunstancial, y sé que tendré que venir más veces porque de momento soy como  una pasajera constante con equipaje en dos estaciones.  Hoy me recibe la niebla tan familiar en esta época del año,  que desde el tren, no   deja ver los pinares que acompañan al viajero hasta llegar a la ciudad,  esa ciudad que no deja de ofrecrme   cosas nuevas que desconozco, y me invita constantemente a reencontrarme con las conocidas. Una sensación extraña de no estar nunca en el lugar que debiera o quisiera, según. 


...a  Pucela

                             

Hoy tengo a quien echarle la culpa; es la puñetera niebla que  emborrona las cosas  por dentro y por fuera. 


Purificación.