lunes, 28 de diciembre de 2015

Sacudir el felpudo

              
Imagen, Internet.

Aunque sé que debí hacerlo antes, vengo a sacudir el felpudo de la entrada por si alguien, dadas las fechas en que estamos  viene a visitarme y  se lleva la sensación de que la dueña está a por uvas, que está, aunque ya hace que se acabó la vendimia. Que es una dejada, o  que le da igual ocho que ochenta, como dice mi sabia madre, y no.  Así es que  aquí estoy preparada con bayetas, plumero, y fregona en mano para dejar esto "niquelao", limpio, limpito para los de allende los mares, (¡que presuntuosa!).  Es lo menos para recibir a las visitas y que  lo encuentren agradable, renovado, y  sobre todo, sobre todo, que se note que hace un rato estuve aquí. Una de las formas de saber si la vecina está, es esa; que de vez en cuando barre la entrada de su casita, cómo la presumida ratita del cuento,   tiende la ropa, tira la basura, o pone la música a todo trapo, (perdón, se me está yendo de las manos).


Luces de Navidad, en Pucela.

Soy de esos que dicen, un poco con la boca pequeña, allá por el día veinte de diciembre, "ojalá mañana fuera día siete", de enero, claro.  Y con toda la desgana del mundo entro al trapo, y  al final pongo el belén, y me dejo engatusar por el efecto mágico de las luces de colores, que se inventaron para eso, para tapar lo feo y malo por unos días, porque a los Magos de Oriente, con la estrella  como guía y alumbrado ya les bastaba.  Pues eso.

A todo el que pase por aquí, bienvenido. Se admiten críticas y reprimendas, y turrones, mazapanes, polvorones...


Igual que quiero empezar el año con otras vistas aquí, deseo que seamos capaces de mejorar todas las cosas que son feas y están mal en el mundo, que son muchas, y no hace falta decir.  

Purificación.

viernes, 27 de marzo de 2015

Pocas certezas

mancha de acuarela

Volvía de mi clase de pintura con la idea de buscar información  sobre el color azul, estamos aprendiendo a hacer  un "libro de autor", hace días que  nos lo propuso  el profesor. Como me pasa siempre tardo entrar al "trapo". No sé. No tengo mucha idea. Es que no se me ocurre nada.  Los ánimos y las ideas que según salen se esconden, me dejan en blanco.
Como todos los días, la cocina se llenó de palabras al poner la mini-tele, mientras voy dejando  los bártulos. Algo me había perdido, algo trágico había  sucedido  mientras yo disfrutaba jugando con los colores. Un grave acidente, un avión, Barcelona- Dusseldorf,  ha caido en los Alpes, al poco tiempo de salir. Muchas víctimas, de varias nacionlidades, también españolas. Poco a poco, no, atropelladamente,  se van dando datos, y como sucede casi siempre el número de víctimas cambia según las prisas  por  ofrecer más datos. 
A partir de ahí todo son datos y datos, a veces  contradictorios, pero no importa. Las tertulias de las teles se nutren de personas entendidas en todo, y de todo. "La investigación es urgente, y hasta que no  se recuperen las cajas negras, que son rojas, no se sabrán los motivos, pero eso, -siempre según los datos-,  tardará en producirse, el proceso es bastante laborioso. Serán bastantes días sin saber las causas". Mientras los supuestos y las hipótesis de los entendidos dan para ratos y ratos de programas, ampliados en el tiempo por la gravedad del acontecimiento. Que si los viajes de bajo costo, que si atentado terrorista, que lo raro son los ocho minutos que no se escucha nada, hasta que cae, que no contestan a la torre de control que les llama por tres veces, y se acumulan los datos.
Tan sólo un día, un día  después, la policía alemana toma por asalto la casa del copiloto, porque la caja negra ha sido encontrada mucho  antes de lo que se creía y ha "cantado" todo lo que sucedió en los últimos momentos. Es el culpable, un muchacho de 28 años con seiscientas horas vuelo,  al no abrir la puerta de ,con ¿demasiada seguridad?, de la cabina al compañero, piloto, que había salido al baño.  
Las palabra, copiloto, además de, víctimas, y,  familiares,  inunda las noticias. El copiloto se convierte en ese protagonista culpable que buscaban todos, las autoridades, que corrieron allí para hacerse la foto, y todos los investigadores de pacotilla que tienen todas las cadenas de televisión. Una vez encontrado donde dirigir las flechas, todos a disparar,  hasta parece que con alivio, porque es mejor disparar a algo en concreto, una foto del muchacho delante de un puente o algo así.
La verdadera tragedia, en realidad la viven los familiares de las víctimas, que son muchas cuando se cae un avión, esa es la única certeza. Por mucho que les lleven y les traigan, y les ofrezcan y les adulen. Y no sé si cambia en algo su desgracia, el saber quien provocó tan horrible  fatalidad. 
Cuando pasan estas cosas, estamos unos días o meses, depende, sobrepasados de información, y es casi imposible evadirse del tema, si pones  la tele, o la radio. Y cambiarán el chip, cuando ocurra otra desgracia capaz de tapar la anterior.
Yo también lo siento por todas la víctimas y por sus familiares. Y me pasa que también pienso en los familiares del "pobre" copiloto que de repente se encuentran afectados igualmente, con el agravante de que son los familiares del culpable de tanto dolor. 
Reconozco que soy muy escéptica, y  me cuesta asumir  tantas  certezas, aunque según las noticias y los datos siguen apareciendo más pruebas de culpabilidad.  
 Y me tomo la libertad de pensar más: Si por casualidad, apareciera alguna prueba de que las cosas no fueron así, alguien se atrevería a decirlo.  Porque en estos casos siempre quedan muchas preguntas sin responder.
Y no aprovecharé el azul, en este caso,  del cielo, para decir  que fue el testigo de la catatátrofe y todo eso, no. Todavía hay mucha emoción. Pero los datos y la vida siguen.

Purificación.

martes, 17 de febrero de 2015

La "revisita"



Museo Thyssen


No era a ella, a  quien fui a ver en esta ocasión, pero cuando voy me gusta hacerle una visita, ya que este cuadro pertenece a la colección permanente del museo. Grande, majestuoso, absorvente por la sencillez de las formas, parece esperar  a que suceda algo que le haga ponerse en movimiento de un momento a otro, que la rescate de su "Eterna Soledad".  Ya le dediqué una entrada, con motivo de la gran Exposición que el Museo Thyssen Bornemisza, organizó para la importante y extensa obra de Edward Hopper, en el verano de 2012, y que tuve la suerte de poder visitar.



                                         Habitación de hotel, E. Hopper




Mañana, este blog cumple tres años, y aprovecho para decirlo en tan buena compañía. Este año todavía no he visto almendros en flor. Gracias a todos los que me visitan.

Purificación.
Imagen: Internet 

jueves, 5 de febrero de 2015

Una, de sobres y sellos

 Cartas ficticias:

15 de octubre de 2014                               
 Editorial Tenemostodo. Departamento de Ventas.

 Estimados señores:

Les escribo esta carta  para hacerles una petición  que les agradecería atendieran si lo tienen a bien.
Después de buscar por todas las librerías que tengo cerca, no encuentro un libro que me han recomendado insistentemente unas buenas amigas amantes de los libros y de historias entrañables e íntimas, en donde los libros en sí mismos y el género epístolar son los protagonistas.
Me dicen una y otra vez que es muy interesante que es una maravillosa historia de  relaciónes a base de  sobres y sellos cruzando el mar que separa los continentes y también  las personas.
No sé si viene al caso, ni creo que a ustedes les interese, pero estoy deseando tenerle entre mis manos para comprobar si es verdad lo que me cuentan. 
Agradecida de antemano, espero que pronto me den la buena noticia.
Atentamente le saluda. 
Purificación. M.

P.D.
Perdón, con la emoción se me olvidó lo más importante, el libro se llama "84, Charing Cross Road"  de Helene Hanff. Un ejemplar de la primera edición, me haría mucha ilusión.




30 de octubre de 2014
 Purificación M.
 
Estimado señora: 


Siento decirle que el libro que nos pide  está fuera de catálogo. Hace tiempo que no se edita por el deseo expreso de su autora, la señora Helene Hanff. Así lo quedó registrado en su testamento; Que todos los ejemplares de la edición de 1970, se vendieran sólo mediante solicitud por carta dirigida a la librería 84, Charing Cross Road, por lo que le ruego  haga allí su petición.

Entretanto, le deseo  lo consiga cuanto antes  por otros medios, para su satisfacción..  
Atentamente le saluda,  A.M.

 Departamente de Ventas de Editorial Tenemostodo.

P.D. 

Si tuviéramos noticias de algún ejemplar de segunda mano se lo comunicaríamos inmediatamente por si pudiera interesarle.




Desde la realidad

22 de noviembre de 2014

A las amigas blogueras, que me hablaron y recomendaron este pequeño librito.


Hace unos días que lo tengo en las manos, y quiero deciros que lo leí en una tarde. Me ha entusiasmado sobre todo la ambición lectora de esta señora, y de cómo va creciendo  la relación entre ella y el librero,  derivando  en  una profunda amistad,  y de  solidaridad por parte de ella. Cómo van surgiendo los nombres de libros, los autores, que ella reclama con un interés inusitado, y con gran urgencia. La emoción de ella, cuando descubre  "Orgullo y Prejuicio" de Jean Austen, aunque no le daba mucha importancia, y la mía, porque es de los pocos autores, autora en este caso,  de la literatura inglesa, no actual, que conozco  de todos los que aquí se nombran. 

La compra  no fue nada  laboriosa y bastante menos  emocinante, que en la novela. Lo encargué en persona  a unos grandes almacenes, y claro está, no hubo cartas entre medias de ida y  vuelta, tan sólo una mecánica llamada de teléfono: "Ya hemos recibido el libro que nos pidió, cuando quiera puede venir a recogerlo. Muchas gracias." 
Lo demás fue rápido, ya todo dependía de mi.

Atentamente, un cariñoso abrazo.

P. D. 
Disculpad el juego tonto, para "venderos"  este precioso librito. Sobre todo para quien le guste el género epistolar.
  Purificación.



viernes, 2 de enero de 2015

La puñetera niebla


Llegando...

 Es difícil saber, -me suele  pasar- si voy o si vuelvo. Esa idea que una tiene de que las cosas son circunstanciales,  sólo para un rato. Y vengo, pero tengo que volver, a lo circunstancial, y sé que tendré que venir más veces porque de momento soy como  una pasajera constante con equipaje en dos estaciones.  Hoy me recibe la niebla tan familiar en esta época del año,  que desde el tren, no   deja ver los pinares que acompañan al viajero hasta llegar a la ciudad,  esa ciudad que no deja de ofrecrme   cosas nuevas que desconozco, y me invita constantemente a reencontrarme con las conocidas. Una sensación extraña de no estar nunca en el lugar que debiera o quisiera, según. 


...a  Pucela

                             

Hoy tengo a quien echarle la culpa; es la puñetera niebla que  emborrona las cosas  por dentro y por fuera. 


Purificación.