Hay lecturas que sugieren pensamientos.
Estoy leyendo el libro, "Echo al fuego los restos del naufragio", de Pedro Ojeda Escudero, del blog amigo "La Acequia", con fotografías de Javier García Riobó, un librito pequeño y manejable pero con mucho contenido. Voy despacio mirando aquí y allá, y ahora me he parado aquí.
"Hoy llueve como suele llover los domingos. Llueve con mansedumbre e insistencia, lavando la cara a la ciudad.
El tiempo es más lento y hay melancolía en cada esquina, que me asalta cuando las doblo en el camino, para recordarme mi biografía, mi soledad y mi conciencia.
Debería llover más, para lavarnos por dentro." (pág, 39)
Es verdad que los domingos van sin ritmo fijo, -a su bola, se dice ahora-, y todo lo que sucede es un lento preparativo para la prisa que ha de venir.
Hay días... que la piel se vuelve fina y transparente, y cualquier leve brisa le hace estremecer. Y es más profundo el hueco en el estómago, o algo que tenemos por ahí.
La tristeza y la alegría pugnando por salir, una sale y la otra espera, no mucho seguramente lo que las une es tan fino que las confunde y a veces el llorar, es reír.
Estoy leyendo el libro, "Echo al fuego los restos del naufragio", de Pedro Ojeda Escudero, del blog amigo "La Acequia", con fotografías de Javier García Riobó, un librito pequeño y manejable pero con mucho contenido. Voy despacio mirando aquí y allá, y ahora me he parado aquí.
"Hoy llueve como suele llover los domingos. Llueve con mansedumbre e insistencia, lavando la cara a la ciudad.
El tiempo es más lento y hay melancolía en cada esquina, que me asalta cuando las doblo en el camino, para recordarme mi biografía, mi soledad y mi conciencia.
Debería llover más, para lavarnos por dentro." (pág, 39)
Es verdad que los domingos van sin ritmo fijo, -a su bola, se dice ahora-, y todo lo que sucede es un lento preparativo para la prisa que ha de venir.
Hay días... que la piel se vuelve fina y transparente, y cualquier leve brisa le hace estremecer. Y es más profundo el hueco en el estómago, o algo que tenemos por ahí.
La tristeza y la alegría pugnando por salir, una sale y la otra espera, no mucho seguramente lo que las une es tan fino que las confunde y a veces el llorar, es reír.
Parece que fuera necesario, que de vez en cuando haya días... así.
Purificación.
Imagen Internet
Purificación.
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