miércoles, 25 de abril de 2012

Lo que se ve por ahí, del Cervantes

                             
     Un bosque de poemas colgados... miles de palabras que contaminan el aire.      
                                                                                 Fotos P. Merino

Aspecto del Instituto Cervantes en honor de Nicanor Parra


Último Brindis
Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.


Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.


Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.


Y ni siquiera dos 
porque es un hecho establecido
que el presente no existe
sino en la medida en  que se hace pasado
y ya paso...
como la juventud.


En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
 por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.
                                                       Nicanor Parra









viernes, 20 de abril de 2012

Lo que se oye por ahí, del Cervantes

Alcalá de Henares.  Foto: Agustín Viajero
La ciudad ya está preparada,  cómo en años anteriores los actos culturales de todo tipo se celebran durante toda la semana y  en los balcones de la  calle principal,  ya están colgados   los grandes cartelones con la foto y una frase de los ganadores en años anteriores,  en sitio preferente el del año 2011 el del poeta chileno, Nicanor Parra, de su obra dice él mismo, que lo suyo es  anti-poesía   y que no vendrá a recogerlo por su avanzada edad. Es una pena que esperen tanto, para darle el  reconocimiento que seguramente se merecía hace diez años. Dicen que será el encargado de tal honor un nieto suyo y que traerá algo que leer de parte de su abuelo.
El acto de entrega se celebrará el lunes por la mañana, cómo siempre en el Paraninfo de la Universidad Cisneriana, allí se reunirán todas las autoridades y la ceremonia resultará  interesante y sobre todo  muy vistosa, cómo siempre, salvo alguna anécdota que surgirá  y que todos veremos unas cuántas veces en los telediarios.
En total y con el de este año, son ya 37 los galardonados,  la lista se puede ver por ejemplo, en Wiquipedia, y ya es tan larga... que da pereza. Lo que no se puede  obviar es el dato que salta tanto a la vista; de los 37 sólo 3 son mujeres, a lo que no hay nada que añadir. O lo que es lo mismo; sin comentarios.
No sé si habrá sido  casualidad lo de poner los 3 carteles (de las mujeres) seguidos, cómo si fuera para  hacer más bulto, o por si tuvieran que  hablar de sus cosas, o ya desbarrando un poco, por si tuvieran la necesidad de ir al baño. Aunque es verdad que si las  hubieran mezclado entre todos los demás, pocos se habría dado cuenta. 

Y allí están las tres haciéndose compañía, Dulce Mª Loínaz, María Zambrano y Ana Mª Matute, representando muy dignamente con su obra,  no a las mujeres, (los demás no representan a los hombres, se representan a sí mismos)  sino  a la Literatura, que es de lo que se trata.    
No se sabe  quién debe decir si debería haber más o no, ni si están  justo las que se lo merecen, pero un poco si que  choca, ¿no?

 P. Merino 



jueves, 12 de abril de 2012

Sólo él...


              Sólo él conocía  el motivo  y ni siquiera a ella le quiso decir la verdad. Lo arregló con la frase más conocida y menos justa  “ya no te quiero”. Antes estuvo sopesando cual de las dos noticias le haría sufrir menos y aunque reconocía su error ya no habría marcha atrás. Lo peor sin duda, además del sufrimiento que le causaba, sería su reacción.
            Por eso permanecía en guardia, preparado para cuando ella viniera a entregarle las cosas que él le regaló. Sería cómo la firma del finiquito de un contrato que nunca hizo falta.
            -¡No quiero nada tuyo!-  le dijo tajantemente la  última vez que hablaron, y él aceptó de mala gana. Eso no arreglaría nada, los dos lo sabían pero respetó la decisión, sólo en eso se pusieron de acuerdo.
            Estaba nervioso porque se acercaba el momento y por que no se imaginaba cómo serían sus vidas de ahora en adelante.
            No quería la devolución de cosas, y sabía que iba a ser duro tener que recoger todos los objetos con tantos sentimientos adheridos,  revueltos en una caja, como si fueran los restos  de un naufragio. En ese mismo momento se convertirían en simples cachivaches que, sin embargo, significaron tanto en las fechas importantes compartidas, además de los cinco aniversarios.

            Y después, sería lo que tuviera que ser. No sabía si se le concedería el tiempo necesario para averiguar  si entre  todo aquello, camuflado en forma de algo también le devolvía el alma.
  P. Merino
                                           
 



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